Una epistemología del Sur: la reinvención del conocimiento y la emancipación social, de Boaventura de Sousa Santos: Hacia una epistemología del Sur: justicia cognitiva y emancipación social
En Una epistemología del
Sur, Boaventura de Sousa Santos propone un giro radical en la forma en que
concebimos el conocimiento, sus orígenes y sus efectos sociales. Su obra es una
crítica profunda a la hegemonía del pensamiento occidental moderno, el cual ha
consolidado un tipo específico de racionalidad a científica como el único modo
legítimo de conocer. Frente a esto, Santos plantea la necesidad de una
epistemología del Sur, entendida como una alternativa crítica y pluralista que
permita validar los conocimientos producidos por los grupos históricamente
oprimidos por el colonialismo y el capitalismo globales. Esta epistemología no
solo es un reclamo ético-político, sino una condición indispensable para la
justicia social global: no puede haber justicia social sin justicia cognitiva.
En el prefacio del libro, Santos aclara que el "Sur" no es una mera referencia geográfica, sino una metáfora del sufrimiento causado por siglos de colonialismo y explotación. El Sur está constituido por los saberes de pueblos indígenas, comunidades campesinas, clases trabajadoras, mujeres, y otras colectividades que han sido sistemáticamente invisibilizadas o silenciadas. De ahí que la epistemología del Sur sea también una propuesta de resistencia frente al epistemicidio la destrucción de formas de conocimiento no occidentales. Santos propone que el conocimiento no es neutral ni universal, sino situado. La modernidad occidental impuso un modo de conocer que se basa en dualismos como sujeto/objeto, naturaleza/cultura y mente/materia, excluyendo formas relacionales, holísticas y comunitarias de comprender la realidad. Esta exclusión no ha sido simplemente un olvido; ha sido una forma de dominación.
En el capítulo “Un discurso sobre las ciencias”, Santos hace un diagnóstico de la crisis del paradigma científico moderno. Este modelo, surgido con la revolución científica del siglo XVI, se consolidó en los siglos posteriores como una forma totalitaria de racionalidad, que excluye otras formas de conocimiento al considerarlas irracionales, imprecisas o supersticiosas. Se basa en la cuantificación, en la búsqueda de leyes universales y en una concepción mecanicista del mundo. Sin embargo, esta forma de conocer ha comenzado a mostrar sus límites. Santos identifica distintas señales de esta crisis: la relatividad de la simultaneidad en la teoría de Einstein, el principio de incertidumbre de Heisenberg, el teorema de incompletud de Gödel, y los avances de Prigogine en la teoría del caos. Todos estos descubrimientos cuestionan la supuesta objetividad, neutralidad y determinismo de la ciencia moderna.
A la vez, las ciencias sociales, al intentar imitar a las ciencias naturales, han reproducido los mismos vicios epistemológicos. Ya sea desde un enfoque positivista (como Durkheim) o desde una visión subjetivista (como Weber o Winch), ambas vertientes permanecen dentro de los límites del paradigma dominante, sin cuestionarlo en su raíz. Para Santos, es necesario superar esta dicotomía. La epistemología del Sur no se limita a criticar. También propone alternativas. Entre ellas destacan dos conceptos fundamentales: la ecología de saberes y la sociología de las ausencias y de las emergencias.
La ecología de saberes propone una relación horizontal entre diferentes formas de conocimiento. No se trata de jerarquizarlos, sino de reconocer su diversidad y de fomentar diálogos interculturales genuinos. Esta propuesta se opone frontalmente a la monocultura del saber científico y propone, en cambio, un saber contextual, útil para la vida, situado y plural. Por su parte, la sociología de las ausencias busca mostrar que lo que se considera inexistente en realidad ha sido activamente descalificado por el pensamiento hegemónico. Este proceso de negación se manifiesta en varias lógicas de producción de no existencia: lo ignorante frente a lo científico, lo primitivo frente a lo moderno, lo local frente a lo global, etc. Para contrarrestar estas lógicas, Santos plantea cinco ecologías: de saberes, de temporalidades, de reconocimientos, de escalas y de productividades.
La sociología de las emergencias, por su parte, trata de visibilizar lo nuevo que está naciendo en los márgenes del sistema. En lugar de mirar al futuro como proyección de la lógica dominante, se trata de identificar las posibilidades concretas de emancipación que ya existen en los movimientos sociales, en las prácticas comunitarias, en los saberes ancestrales. Aunque la epistemología del Sur se articula como una crítica a la modernidad, Santos se distancia del posmodernismo celebratorio, que abandona toda aspiración emancipadora. También toma distancia del poscolonialismo culturalista, que tiende a omitir los aspectos económicos y políticos de la dominación. En su lugar, propone un poscolonialismo de oposición que combine la crítica epistemológica con la lucha por la justicia social.
Santos no busca construir una nueva teoría general de la emancipación, sino una teoría general sobre la imposibilidad de una teoría general. Se trata de abrir espacios para múltiples caminos de emancipación, sin imponer un modelo único. Esta propuesta se basa en una filosofía de la práctica y del diálogo intercultural, donde el conocimiento se construye colectivamente, a partir de experiencias concretas de lucha. En la segunda parte del libro, Santos aplica su marco epistemológico al análisis de procesos concretos de emancipación social, como los foros sociales mundiales, las universidades populares, y las luchas por los derechos de los pueblos indígenas. Estas experiencias demuestran que es posible construir alternativas al capitalismo y al colonialismo, siempre que se les reconozca como formas válidas de conocimiento.
La epistemología del Sur no es, pues, una teoría abstracta. Es una práctica política e intelectual orientada a fortalecer los procesos de autoorganización, autodeterminación y autoconocimiento de los pueblos. Busca democratizar el conocimiento, no sólo en términos de acceso, sino en su misma producción, validación y uso. Una epistemología del Sur es un llamado a repensar profundamente el lugar del conocimiento en la sociedad. Boaventura de Sousa Santos nos invita a cuestionar la idea de que la ciencia occidental es el único camino hacia la verdad y el progreso. En su lugar, nos propone una ecología de saberes que recupere las experiencias de los pueblos oprimidos como fuentes legítimas de conocimiento. Solo así, sostiene el autor, será posible construir un futuro poscapitalista y poscolonial, basado en la pluralidad, la justicia y la dignidad.
La obra de Santos constituye una
contribución fundamental a los debates contemporáneos sobre epistemología,
política y transformación social. Su propuesta no es fácil de implementar, pero
es indispensable para quienes luchan por otro mundo posible: uno en el que
conocer sea también resistir, transformar y emanciparse.
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